Las lecciones de Canadá, el primer país del mundo que adoptó el multiculturalismo como política nacional

Canada's Prime Minister Justin Trudeau shakes hands with a Syrian refugee during Canada Day celebrations on Parliament Hill in Ottawa, Ontario, Canada, July 1, 2016. REUTERS/Chris Wattie - RTX2JALK

Image: REUTERS/Chris Wattie

Pablo Esparza
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Canadá tomó una decisión pionera en el mundo allá por 1971: la adopción del multiculturalismo como política de Estado. Más de 45 años después, la diversidad cultural es una de las señas de identidad del país norteamericano.

El 8 de octubre de aquel año, Pierre Trudeau, primer ministro, anunció en el Parlamento la implantación de este nuevo marco político.

En 1973, Ottawa creó el Ministerio de Multiculturalismo y, en 1988, esta idea se convirtió en un principio básico del Estado a través de la Ley de Multiculturalismo, que insta a interpretar la constitución canadiense desde ese marco teórico y a promoverlo activamente.

A diferencia de estados con políticas multiculturales o multinacionales, que tratan de articular las diferentes culturas originarias del país, como Bolivia, cuya denominación oficial es Estado Plurinacional de Bolivia, el multiculturalismo canadiense se centró desde sus orígenes en la integración de las culturas traídas por los inmigrantes llegados al país.

"Nuestras raíces llegan a todos los rincones del mundo. Venimos de muy lejos y hablamos más de 200 idiomas. Nuestro tejido nacional es vibrante y variado, cosido por muchas culturas y herencias y subrayado por el valor fundamental del respeto", dijo el primer ministro canadiense Justin Trudeau, hijo de Pierre Trudeau, el pasado 27 de junio, día del multiculturalismo en ese país.

Hoy, en un momento en que los discursos xenófobos y antiinmigración crecen en Europa y Estados Unidos, el canadiense se presenta como un modelo alternativo -y de larga data- que puede resultar cada vez más excepcional.

Pero, ¿qué significa ese concepto? ¿Por qué Canadá fue pionera en aplicarlo? ¿Qué evaluación se hace de esta política 45 años después de su implementación?

Como el resto de países americanos, la sociedad canadiense actual es fruto de la mezcla de las culturas indígenas, coloniales y de las que trajeron inmigrantes de otros orígenes en diferentes momentos históricos.

Sin embargo, a diferencia de la mayoría de estados americanos, Canadá no fue ocupado por una única "potencia colonial": desde sus inicios, el país contó con una doble influencia francesa y británica que marcó la forma en que se articuló el nuevo Estado.

"Una de las razones por la que Canadá es más receptivo al multiculturalismo que otras sociedades es porque nunca ha sido culturalmente homogéneo", apunta Robert Wiseman, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Toronto.

"El Estado canadiense en 1867 fue producto del modus vivendi al que se había llegado entre los ingleses y los franceses", le dice a BBC Mundo.

Al "acomodo cultural" entre estas dos comunidades, diversas en idioma -inglés o francés- y religión -mayoritariamente protestantes o católicos-, se sumaron nuevos inmigrantes, en su mayoría procedentes de Europa del Este y del Norte, a lo largo del siglo XIX y principios del XX.

Su papel fue determinante en la colonización del oeste canadiense. Y cuando en los años 60 del pasado siglo la cuestión identitaria empezó a ser un tema de debate en el país, estos grupos reclamaron su lugar en la narrativa nacional de Canadá.

"Decían que ellos, en tanto que ucranianos o del origen que fuera, habían desempeñado un papel similar en la fundación del país en el oeste de Canadá al que los franceses tuvieron en Quebec o los británicos en Ontario o en el Canadá atlántico", indica Andrew Griffith, ex director general de Ciudadanía y Multiculturalismo de Canadá.

"La génesis de la política multicultural vino, fundamentalmente, de grupos que habían estado en Canadá durante mucho tiempo pero que, para ser franco, eran blancos y cristianos", le dice Griffith a BBC Mundo.

Hasta 1962, el país había mantenido requisitos raciales en su política migratoria, que primó a inmigrantes de origen europeo.

No obstante, la composición étnica de las comunidades de inmigrantes en Canadá empezó a cambiar a partir de los 60 y, sobre todo, de los 70.

En 1967, la mayor parte de los recién llegados ya procedía de otros lugares, sobre todo de Asia y del Caribe.

Y ese proceso transformó la idea de multiculturalismo.

"Era un concepto lo suficientemente flexible y adaptable como para ofrecer las herramientas para la integración de otros grupos de una forma bastante fácil, obviamente no sin algunas tensiones, cuando Canadá se abrió a la inmigración de otras partes del mundo", señala Philips.

Otro factor que, según los expertos, contribuyó a la adopción de una política multicultural nacional fue la reacción del gobierno central frente al ascenso del nacionalismo quebequés, que despegó en el terreno político de la provincia mayoritariamente francófona en los años 60.

"Era un momento en que el gobierno federal estaba preocupado por el creciente sentimiento independentista en Quebec. De modo que se estableció una Comisión Real para estudiar el bilingüismo y el biculturalismo en Canadá", asegura Irene Bloemraad, directora del programa de estudios canadienses en la Universidad de California Berkeley.

"Al final del proceso se anunció que el gobierno federal de Canadá tendría una política bilingüe oficial y que esta política se desarrollaría en el contexto del multiculturalismo", le comenta a BBC Mundo.

Durante los primeros años, señalan los expertos, gran parte de esa política consistió en promover y hacer visibles las culturas de las diferentes comunidades a través de eventos, clases de idiomas, o la financiación de medios de comunicación en lenguas diversas.

En cambio, con el tiempo, la cuestión de la representación de las minorías en las instituciones cobró relevancia.

En la actualidad, el 20% de la población canadiense (según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE, pertenecientes a 2013) nació fuera del país. De entre los miembros de este organismo, sólo Luxemburgo, Suiza, Nueva Zelanda y Australia superan al país norteamericano en este índice.

En Toronto, la mayor ciudad del país, esa proporción se acerca al 50%. En Londres y Nueva York ronda el 36%. En 2015, según datos oficiales, 41 de los 308 miembros del Parlamento canadiense habían nacido fuera del país.

En las mismas fechas, de acuerdo con el centro de Investigaciones Pew, el Congreso de Estados Unidos tenía seis congresistas nacidos fuera de territorio estadounidense.

Griffith describe la aplicación del multiculturalismo como un "gran marco político con medidas a pequeña escala".
"El cliché estadounidense es que es un melting po" (expresión que suele aludir a la 'fusión' de culturas en la sociedad estadounidense): las personas son asimiladas y se convierten en plenamente estadounidenses. Aunque la realidad es más compleja que eso. La actitud europea, en muchas ocasiones, ha sido dejar a los inmigrantes por su cuenta: mientras no nos metamos con ellos, no nos molestarán. No se trata de una auténtica integración. La diferencia de la vía canadiense es que se trata de evitar crear una oposición o dicotomía", afirma.

Sin embargo, el multiculturalismo también es blanco de críticas y hay quienes argumentan que su aplicación tuvo efectos en la fragmentación de la identidad nacional y en la aceptación de comunidades segregadas entre sí.

"Hay críticos tanto en la derecha como en la izquierda. En la derecha hay personas a las que no les gusta el multiculturalismo porque sienten que debería haber una única lengua de cohesión y una ciudadanía basada más en la similitud que en lo multicultural", apunta Bloemraad.

"Desde la izquierda, hay quienes afirman que el multiculturalismo es una forma de desviar la atención de los problemas profundos del racismo y la desigualdad que perduran en la sociedad canadiense", agrega la profesora.

Pero, ¿consiguió esta política hacer de Canadá una excepción frente a la expansión de los discursos xenófobos?

8 de cada 10 canadienses aseguran que la inmigración fortalece la economía de su país, de acuerdo con una encuesta publicada en octubre de 2016 y realizada por el Instituto Environics, una empresa de estudios sociológicos con sede en Toronto.

En EE.UU., de acuerdo con datos publicados por el Centro de Investigaciones Pew en septiembre de 2015, esa proporción llega al 51%. En Alemania es del 66%, del 52% en Reino Unido y del 19% en países como Italia y Grecia.

"Para los partidos de ultraderecha es difícil atacar el multiculturalismo o la diversidad porque es como atacar la identidad nacional de Canadá. Esto es muy importante. Pero no es la única razón", argumenta Bloemgaard."Hay una base electoral que es inmigrante. Y los políticos son muy cuidadosos en no dejar fuera de su discurso a parte de sus votantes potenciales", agrega.

La experta en inmigración cita además el sistema migratorio canadiense, que favorece la llegada de inmigrantes con formación, y la ubicación geográfica de Canadá, cuya única frontera terrestre es con Estados Unidos."Esto evita que el país se enfrente grandes flujos de refugiados como Europa o a inmigración a gran escala como EE.UU.", señala.

45 años después de su implantación como política pública, el multiculturalismo es uno de las características que los canadienses citan de forma recurrente en las encuestas cuando se les pregunta por los elementos de su país que son motivo de orgullo para ellos.

En cierto modo, señalan los expertos, el multiculturalismo pasó a formar parte del relato oficial sobre la identidad canadiense.

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