¿Quién ayuda a los jóvenes españoles a encontrar trabajo?

People work at Citi's tech hub in Tel Aviv, Israel December 14, 2015. For years, Israel tried to entice foreign banks to come and compete with domestic operators, with little success. Now foreigners are finally coming, but not to open up bank branches. It's Israel's skills in the flourishing space where technology and finance meet that is drawing them in. Picture taken December 14, 2015. REUTERS/Amir Cohen  - RTX1YW1Z

Image: REUTERS/Amir Cohen

Dafne Muntanyola
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En un contexto de crisis, los jóvenes españoles que quieren entrar en el mercado laboral se apoyan en la familia primero, y en sus compañeros de trabajo y de estudios después. Esta parece ser la realidad que dibuja la encuesta que forma parte del proyecto Las redes sociales en sus diferentes modalidades, como recursos y mecanismos de búsqueda e inserción laboral en el empleo y de apoyo social en los jóvenes, dirigido por los profesores Carlos Lozares y Joan Miquel Verd del departamento de sociología de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Este proyecto sociológico explora las pautas de movilización de contactos de los jóvenes que se insertan en el mercado de trabajo.

De entrada, cuando se pide a los jóvenes que reproduzcan su trayectoria laboral, sus puestos de trabajo y cómo pasaron de uno a otro, vemos que sólo un 35% recurre a agencias de colocación, al clásico CV en el buzón o al mail de empresa. Un 65% de los encuestados dependen de sus contactos. ¿Y quiénes son los contactos más habituales? Como vemos en el gráfico, la familia (30%), los compañeros de estudios (22%) y los de trabajo (20%) van muy por delante de los conocidos en momentos de ocio (14%), los vecinos (7%) o los amigos de Facebook, Linkedin o similares (1%). Los lazos llamados fuertes, es decir aquellas personas con las que no sentimos cercanas y/o que vemos habitualmente, son aquellas que resultan ser de más ayuda a la hora de encontrar trabajo. Es decir, que el entorno dónde conocemos amigos es importante.

Internet tiene menos peso de lo que creemos. Y es que los lugares dónde se conocen y se mantienen estos contactos siguen siendo espacios sociales tradicionales, también entre los menores de 35 años. Los resultados muestran un mapa que se aleja bastante del optimismo de agencias de recursos humanos que dibujan un futuro basado en Internet y los lazos digitales. Un futuro en el que el networking, las capacidad de darse a conocer y de presentar una imagen positiva de uno mismo en un currículum colgado en la red sería una garantía de eficiencia y de la maximización de la información. Si bien el 11% de las personas que ayudaron lo hicieron a través de internet, por redes sociales como Facebook, Twitter o por mail, el resto contactó en persona con él o la interesada, lo que demuestra la importancia del trato personal.

¿Dónde conociste las personas que te han ayudado a buscar y encontrar trabajo?

Image: Fuente: Agenda Pública

Los contactos no se distribuyen de forma homogénea entre la población. Vemos por ejemplo como la situación laboral de los contactos determina su capacidad para ser de ayuda: así un 51% de los contactos que trabajan ayudaron en algún momento, mientras que sólo un 39% de los que estaban en situación de desempleo lo hizo. Además, mientras los ejecutivos, propietarios y profesionales ayudaron en más de un 60% de los casos, estos números bajaron a menos del 40% en el caso de los trabajadores sin o con baja cualificación o los inactivos.

¿Quiere decir eso que unos son más generosos que los otros? Naturalmente, la explicación más consolidada no se basa en esquemas simplistas psicologizantes, sino en factores sociales muy claros. Los resultados cuadran con la idea, respaldada por sociólogos clásicos y contemporáneos, de que los contactos constituyen un bien preciado, un capital social por el que también se compite en el mercado de trabajo. ¿Y de donde proviene esta mercancía llamada capital social? Pues de la agregación de las redes personales de estos jóvenes, sus amigos, familiares, compañeros que comparten su trayectoria vital. En un contexto en el que más del 50% de los menores de 25 años no tienen trabajo, nos encontramos con otro eje de desigualdad, el del capital social. Además, un joven desempleado tiene muchas más probabilidades de contar con desempleados entre su familia, amigos y compañeros.

Un joven desempleado, al estar fuera del mercado de trabajo, pierde la posibilidad de movilizar unos contactos, los del entorno laboral, que como hemos visto constituyen un soporte valioso de los jóvenes españoles. Así, estos jóvenes se encuentran con la dificultad añadida de contar con una red empobrecida de contactos, y por lo tanto, con menos posibilidades de encontrar trabajo e insertarse en el mercado laboral. Dicho de otro modo, quién tienes en tu red importa, y mucho.

Dafne Muntanyola Saura es profesora de sociología en la Universidad Autónoma de Barcelona

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