Cómo medir tu inteligencia emocional

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Las emociones son mucho más que “eso” que sucede cuando reaccionamos ante situaciones de la vida. Si aprendemos a usarlas a nuestro favor, pueden convertirse en una herramienta poderosísima –la más poderosa de todas– para alcanzar nuestros objetivos… sin importar lo inalcanzables que parezcan.

¿Cómo saber si sabemos manejar nuestras emociones o si, por el contrario, dejamos que éstas nos dominen a nosotros? Éstas son algunas señales de que tienes una inteligencia emocional desarrollada. Si no te identificas con ellas, ¡aprende a trabajarlas de una vez por todas!

1. Identificas tus emociones

El primer paso para aprender a controlar tus emociones es, por supuesto, saber identificarlas. ¿Te ha pasado que te sientes frustrado y no sabes ni por qué? ¿Te sientes irritado y descubres que en el fondo es estrés acumulado? Date tiempo para conectarte contigo mismo y descubrir qué estás sintiendo y cuál es el origen de esa emoción. Te ayudará mucho más de lo que crees.

2. Tienes control sobre ti mismo

Ante una situación que te lleve al límite, no reaccionas con ataques de ira, llanto o cualquier otra emoción desbordada. Por el contrario, has aprendido a controlarte y “pensar bien las cosas” antes de reaccionar de alguna forma de la que después puedas arrepentirte.

3. Entiendes las emociones de los demás

No sólo identificas tus propias emociones; tienes la sensibilidad suficiente para detectar cómo se están sintiendo las demás personas. A esto se le llama empatía. Ya que te pones en los zapatos de los demás, consigues que la gente se sienta cómoda a tu lado. Esto te permite establecer relaciones valiosas.

4. Sabes enfrentar el cambio

Los cambios nos asustan a todos, pero las personas emocionalmente inteligentes no se dejan paralizar por ellos. Por el contrario, asumen los cambios como parte de un proceso de crecimiento y aprendizaje.

5. No te derrotan los fracasos

Es completamente normal que te sientas desanimado al tener un tropiezo. Pero, ¿dejar que los fracasos dicten tu camino? De ninguna manera. Te repones rápido, aprendes la lección y continúas adelante.

6. Sabes enfocarte

Con todas las distracciones de la vida moderna –redes sociales, Whatsapp, juntas por aquí, llamadas por allá– sabes priorizar tus tareas y enfocar tu atención en lo que te permita avanzar. Esto te permite construir proyectos a mediano a largo plazo, y no pasar el día a día resolviendo tareas urgentes.

7. Sabes escuchar

Sabes escuchar todo lo que sucede a tu alrededor y hablar únicamente cuando sea necesario. No hablas de más ni te impones ante los demás; por el contrario, absorbes toda la información que puedes. Podría decirse que eres una persona de perfil bajo.

8. Escuchas tu voz interior

Le prestas atención a tus instintos, y muchas veces actúas con base en ellos y no con base en lo que dicte tu razón. Aunque escuchas tu voz interior, procuras no caer víctima de prejuicios.

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